El objetivo de este piso, perteneciente a una familia numerosa, era ganar luz y comodidad. Se trataba de una reforma complicada: fue necesario derribarlo por completo y volver a construirlo para poder cumplir con la larga lista de deseos de sus propietarios. Por eso decidimos abrir los espacios hacia la parte central de la casa y dejar pasar la luz natural. Así, los inquilinos podían encontrarse en cualquier punto y disfrutar de las vistas desde todos los rincones. Además, colocamos en este espacio una acogedora mesa para recibir invitados. Por último, diseñamos las habitaciones infantiles con una decoración atemporal, para que no tuvieran “fecha de caducidad” y los niños pudieran crecer en ellas. Sin duda, conseguimos transformar este antiguo piso en un verdadero hogar. ¿A que dan ganas de quedarse?